viernes, 28 de septiembre de 2012

Nuestra Herencia

"Me pesa sobre mis  pobres hombros el enorme peso de las herencias más gloriosas. A mí, que no valgo nada, la civilización ha hecho un regalo gigante: el patrimonio de Europa. Hecho de tesoros y recuerdos.

Cada uno de nosotros, creo, en Londres y en Viena, Berlín y Madrid, Atenas y Varsovia, en Roma y en París, Sofía y Belgrado, debe sentir el mismo drama. Cada uno de nosotros es el último de los europeos.

Yo soy el heredero indigno de una familia de gigantes. Nos preceden gigantes, héroes y sabios, ensayistas, exploradores de la tierra y exploradores del alma, el Cesar y Antonio, Reyes y capitanes, perfiles estrictos en paramentos litúrgicos, hermosas cortesanas o brutos implacables.

Una procesión de grandes figuras, radiante esplendor y poder, se desarrolla ante nuestros ojos, carga inmensa para nuestros contemporáneos.

Me tacharan de romanticismo a quién le importa! Para mí, el tesoro del mundo es un hijo de Velázquez, una ópera de Wagner o una catedral gótica. Es un calvario bretón o una necrópolis de la Champagne. Es el Romancero del Cid, o el rostro de dell’Enfant grec de Hugo. La tumba del Hotel des Invalides, el gran águila de Schonbrunn, el Alcázar de Toledo o el Coliseo en Roma, la torre de Londres o la de Gálata, la sangre de Budapest o la Cuadriga orgullosa de Berlín que se convirtió en la frontera de la Europa mutilada.

Por todas estas piedras
, para todas estas Águilas y para todos esas cruces, para la memoria del heroísmo y genialidad de nuestros antepasados, por nuestra tierra amenazada con la esclavitud y por el recuerdo de un pasado glorioso, la lucha nunca será en vano".
- Jean de Brem -

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