Autonimias que pretenden declararse independientes(sic), modelos de estado que se vienen abajo por motivos economicos e incluso estructuras ambientales de la sociedad en la que vivimos. Algunas personas con sentimientos nacionales e identitarios se alarman antes estas 'amenazas'. Es importante tomar encuenta esta reflexion:
Evola explica que las destrucciones presentes en la modernidad no deben ser tenidas por el hombre que vive su exilio interior como algo negativo: a fin de cuentas, ese no es su lugar, no es la “sociedad tradicional” la que está en crisis sino la “sociedad moderna”, no es la “familia tradicional” sino la “familia burguesa” y las “nuevas fórmulas familiares” las que están en crisis, no es la “metafísica” la que experimenta una crisis terminal, sino las viejas fórmulas religiosas agotadas e inadaptadas por su dogmatismo y su rigidez; no es la economía orgánica y comunitaria la que vive su período postrero, sino la economía liberal que después de su fase industrial, luego multinacional y finalmente globalizadora, ha llegado a su última etapa; así pues, es la totalidad del mundo moderno lo que está en crisis, no los valores, las ideas y el mundo tradicional. El “hombre diferenciado” no debe entristecerse por estas desintegraciones que no son las de su mundo, sino las de una estructura que no tiene nada que ver con él. No debe hacer, por tanto, nada para defender ese mundo: su hundimiento es garantía de la próxima renovación, del “nuevo amanecer” al que aludía Hofmansthal.
Como comunidad Tradicional e identitaria debemos de no perder nunca la perspectiva de que el mundo en el que vivimos, este demiurgo, es la consecuencia de la aplicacion de los metodos anti tradicionales, por consiguiente, no es nuestro mundo.
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